Se llaman Veilleurs Debout (Vigilantes de Pie) y desde hace meses se reúnen en las plazas más importantes de toda Francia; los hay en París, en Burdeos, en Lyon, en Versalles. De manera silenciosa, organizada y muy pacífica llegan por sus propios medios. Su aspecto es como el de cualquier joven profesionista de clase media, que al salir por la tarde del trabajo o de la universidad bien podría ir al cine o a tomar un café, pero que prefiere detener su paso en lugares donde a nadie pueda estorbar, para meditar sobre diferentes textos filosóficos que son leídos en voz alta por alguno de ellos, escritos de Vaclac Havel (humanista checo) o Hannah Arendt (filósofa alemana que migró a Estados Unidos) son escuchados atentamente por los Veilleurs Debout que permanecen largo tiempo de pie. Las redes sociales son el medio que usan para organizarse y para conocer cuál será el próximo punto de reunión, así como para mostrar a todo el mundo que lo que ellos hacen, lo hacen por convicción y sin alterar el orden público.
Este fin de semana, a un año más de recordar el derribo del muro de Berlín -el muro de la vergüenza- el nodo parisino de los Veilleurs Debout reunió a casi 500 personas al filo de las 20 horas en las inmediaciones del Museo de Louvre. Su deseo de mantener en la memoria colectiva los horrores vividos por la intolerancia y el totalitarismo, es su fuerza. Desean que los valores de libertad-igualdad-fraternidad proclamados en la Revolución Francesa, sean una realidad en el año 2013, de ahí la vehemencia por recordar la tradición libertaria de su país, para evitar repetir los errores de su historia.
Sin ser vándalos, ni criminales, la policía francesa los vigila constantemente y cuida sus movimientos como si sus acciones fueran peligrosas; incluso los ha dispersado violentamente en varias ocasiones. ¿Qué mueve a estos miles de jóvenes franceses, cuyo ánimo no decae? Su deseo de manifestar al gobierno de François Holland el repudio a la Ley Taubira, que en abril de este año aprobó el" matrimonio homosexual" en Francia. No se manifiestan únicamente contra el matrimonio entre homosexuales, su lucha es también contra la manera represora en que el gobierno francés ha querido descalificar a los cientos de miles de franceses que se oponen a tal hecho, su lucha es en defensa de la libertad de expresión y de conciencia.
Nacieron por la determinación de 7 jóvenes, uno de los cuales, Nicolás Bernard-Busse, de 23 años de edad, fue condenado a varios meses de prisión, cuando en junio de este año fue capturado por la policía mientras manifestaba su apoyo al matrimonio hombre-mujer en las calles de su país, en la llamada "Manif pour tous".
Por eso, cada vez que en las noticias se presentan imágenes de violencia y odio en todo el mundo, corro a las redes sociales a ver lo que -según yo- debería ser noticia de primera plana, noticia que contagia esperanza: muchos jóvenes en todo el mundo que anhelan una sociedad más justa y mejor, están haciendo algo para lograrlo.
Hace unas semanas fueron los de un millón de jóvenes por México, estos días han sido los Veilleurs Debout en Francia, ¡los jóvenes no son el futuro, son nuestro presente y lo están demostrando!
Dip. Ana María Jiménez Ortiz, presidenta de la Comisión Especial de la Familia LVIII Legislatura
@AnaMaJimenezPAN
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