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lunes, 7 de enero de 2013

Centro de Convivencia Familiar Controlada



Los seis juzgados de lo familiar que tenemos en el estado de Puebla han visto incrementar notablemente durante los últimos diez años, según palabras de los propios jueces, la cantidad de juicios  en materia de divorcio y alimentos. Los casos  que apenas  hace 20 años  eran poco frecuentes,  como el abandono de los hijos o  la violencia familiar, en nuestros días van en aumento y eso requiere nuevas formas  de afrontarlos.
Cuando  los juicios mencionados son protagonizados por  parejas con hijos aparece  la posibilidad del juicio de custodia y guarda de menores, juicio en el que los cónyuges pelean por mantener consigo a los hijos,  y que resulta  muy doloroso en especial para los menores cuando el pleito legal  se contamina por   el fenómeno del secuestro emocional.

 El Secuestro Emocional es ese arrebato de ira, rabia  o violencia que invade a alguno de los progenitores en contra del otro, y que lo  lleva a demostarle, ofenderle o injuriarle insistentemente  en presencia de los hijos, creando con esto una animadversión de los menores hacia los padres. Algunos conocen  también  a este fenómeno como  Alienación Parental, y es en cierta forma, un tipo de “lavado de cerebro” que insensata y egoístamente uno de los padres hace a los hijos, con el fin de impedir que se desarrollen lazos afectivos con el otro. Las causas pueden ser muchas, pero los resultados son casi siempre los mismos: crean en los hijos la sensación de no ser amados por uno de sus progenitores  y fomentan un sentimiento de odio hacia el papá o la mamá, lo que daña su  desarrollo afectivo.

Entidades como Jalisco o el Distrito Federal han volteado audazmente a mirar este problema y han ofrecido como una alternativa eficiente para el sufrimiento de los pequeños,  espacios de encuentro familiar donde de manera vigilada y controlada, los padres divorciados que no tienen la custodia de sus hijos, puedan convivir con ellos. Dichos centros cuentan con instalaciones propicias para que los encuentros sean agradables, divertidos y enriquecedores, teniendo siempre presente que el entorno facilita la comunicación , por lo que   cuentan con espacios deportivos, salas de lectura, ludoteca y hasta pequeñas salas de televisión  para que padres e hijos convivan, todo esto sin importar la edad del menor y salvaguardando la privacidad de las familias que acuden, sin poner en riesgo su seguridad, pues se encuentran debidamente controlados.

En Puebla,  la creación de  un Centro de Convivencia Familiar Controlada ha sido solicitada desde hace varios años por jueces de lo familiar, magistrados y muchos especialistas que en su labor diaria notan la ausencia de este espacio de apoyo a las familias  poblanas, por eso en la Comisión Especial de la Familia del Congreso de Puebla, desde el pasado mes de septiembre se ha impulsado  el proyecto, mismo que al  no requerir  una gran inversión presupuestal es altamente viable, y del que seguramente , muy pronto se verán avances.

No podemos permanecer indolentes ante el sufrimiento de tantos menores, que no solo  padecen el  rompimiento  de su familia, sino que además tienen que seguir viviendo víctimas del secuestro emocional. Si queremos hacer de Puebla un mejor estado,  debemos dar  a la política un verdadero rostro humano.

Dip. Ana María Jiménez Ortiz; Presidenta de la Comisión Especial de la Familia LVIII Legislatura

@AnaMaJimenezPAN





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