Este domingo 7 de Julio en Puebla como en otros 13 estados de la República Mexicana tendremos elecciones. Según datos del Instituto Electoral del Estado, de los casi 5.8 millones de habitantes de la entidad, 4.2 millones tendremos en las manos la posibilidad de elegir las 217 presidencias municipales y las 41 diputaciones que se renovarán el próximo año.
Este domingo, miles de poblanos saldremos a la calle y conforme a nuestra convicción política iremos a emitir nuestro voto; además de la convicción política, muchos de nosotros tenemos también ciertas costumbres o rituales para votar, como por ejemplo el ir a votar en familia.
Votar en familia, es en estos momentos en los que los mexicanos sentimos una gran desconfianza hacia las instituciones públicas, una excelente manera de cultivar en las jóvenes generaciones los valores cívicos de los que nuestras generaciones carecen.
En México, fue en 1997 cuando por primera vez se realizó una consulta infantil, misma que se desarrollaba cerca de las casillas de la votación federal y que de manera muy similar a la votación de adultos, entregaba a los chicos una boleta para que de manera personal marcara con un crayón los conceptos que mejor reflejaran su opinión respecto a los derechos de los niños, los espacios públicos y sus expectativas para el futuro. Según las cifras oficiales, desde ese año a la fecha 16 millones de niñas, niños y jóvenes mexicanos han participado, lo que hace que los menores no se sientan ajenos a los procesos democráticos y crea en ellas y ellos la conciencia de que su participación es importante.
Nuestra cultura democrática es pobre, de hecho el propio Instituto Federal Electoral (IFE) dentro de su estrategia de formación de niñas, niños y jóvenes para el ejercicio de su ciudadanía, presenta los resultados de un estudio aplicado entre alumnas y alumnos del tercer año de secundaria que compara sus valores democráticos como mexicanos con los estándares mundiales, donde destaca "el poco aprecio por la legalidad, el desconocimiento del valor de crear acuerdos sociales como forma de convivencia pacífica, el gran nivel de desconfianza en las instituciones públicas y la idea de la democracia como una actitud predominantemente pasiva", y aunque en el mismo estudio destacan como positivos los valores de la tolerancia y el respeto a la diversidad étnica, la realidad es que tenemos aun mucho por andar para lograr una ciudadanía activa y a la altura de lo que requiere el país.
Por eso, votar en familia es más que una bonita costumbre una forma de promover entre los futuros ciudadanos la conciencia de que las decisiones colectivas que afectan la vida de los mexicanos, inician con la decisión libre y valiosa de cada votante.
Este domingo, sea cual sea su convicción política, por favor no deje de lado su convicción ciudadana de acudir a emitir su opinión, participar es mucho más que una simple cuestión de derechos y deberes, es también cuestión de actitudes y valores. Llegar a tiempo a la casilla indicada, llevar la credencial vigente, formarse y esperar paciente el turno, emitir el voto conforme a la propia conciencia, permitir la mancha indeleble del dedo y agradecer a los funcionarios de casilla su trabajo, son acciones que al ser atestiguadas por los más pequeños de la familia, dejarán en ellos la enseñanza de que la democracia la construimos entre todos.
Dip. Ana María Jiménez Ortiz, presidenta de la Comisión Especial de la Familia LVIII Legislatura
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