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lunes, 3 de diciembre de 2012

LOS MEXICANOS Y LA FELICIDAD

“La primera obligación del hombre es ser feliz, y la segunda, hacer felices a los demás”, ANÓNIMO.



¿Qué hace felices a los mexicanos? Esta pregunta a la que especialistas de múltiples disciplinas tratan de responder, parece no ser tan complicada si analizamos documentos como la primera Encuesta sobre Bienestar Subjetivo de la Calidad de Vida de los Mexicanos.

En esa información dada a conocer por el Inegi el pasado 21 de noviembre, se revela que 86 de cada 100 mexicanos se sienten satisfechos con su vida familiar, y eso debería ser motivo suficiente para que en nuestro país consideremos con seriedad el diseño de políticas públicas y  presupuestos que tomen en cuenta la importancia de la vida en familia, como parte de los planes de gobierno.

En la encuesta, que pretende  medir  el bienestar social, se consideraron las apreciaciones que las personas tienen respecto a cómo están viviendo sus vidas, qué tan satisfechas se sienten y qué tan felices o tristes viven, a similitud de lo que ya se hace en el Reino Unido, Francia, Italia, Japón y Canadá.

Otro dato revelador de la encuesta, es que las personas que menos felices se sienten con su vida, son las que han sido agredidas por alguien con quien cohabitan –su familia-,  quienes viven en hogares  donde hay adicciones y quienes han sufrido algún tipo de maltrato. Dentro de los aspectos que menos felicidad generan a los mexicanos, destaca la falta de tiempo disponible para el ocio y la convivencia familiar.

Además de la vida familiar, la autonomía, la vida afectiva, la apariencia, el  ser reconocido y el recibir elogios son algunos de los factores que hacen que las personas se sientan felices. ¿Qué mejor lugar para sentirnos amados y reconocidos que la familia?

Por eso es necesario que si en verdad queremos que nuestro país logre un mayor nivel de desarrollo,  en el que los mexicanos vivamos a plenitud, es necesario introducir en nuestros planes y acciones de gobierno una Perspectiva de Familia, es decir, generar la conciencia de que la familia como comunidad de personas tiene una función social insustituible, y que de la calidad de nuestras familias depende la calidad de nuestra sociedad.

 Una Perspectiva de Familia nos ayudaría a:

  • Promover familias funcionales en las que ni el maltrato, ni la violencia, ni las adicciones tuvieran cabida.
  • Fortalecer las familias no sólo desde lo asistencial, sino sobre todo desde lo educativo.
  • Dejar de gastar tanto dinero en acciones compensatorias y correctivas  e invertirlo en acciones preventivas.
  • Reconstruir el tejido social tan dañado en estos momentos, y a aumentar la participación social.
  • Tener seres humanos  capaces de vivir como ciudadanos de valores 
El mayor capital de cualquier país es su gente, y si los mexicanos somos felices en la familia, nos ha faltado visión para  aprovechar esa característica y detonar a partir de ella, una verdadera transformación social de nuestro país. No basta con mejorar  las condiciones materiales de bienestar, hay que invertirle y mucho a  la mayor riqueza que como país tenemos: las familias mexicanas. 

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